Aparte de la limpieza de los muebles (con especial precaución con los de madera, ya que este material noble requiere unos cuidados especiales), hay algunas limpiezas técnicas que resultan de gran utilidad en las oficinas. Las alfombras y moquetas también tienden a llenarse de polvo y, en general, de suciedad. Su limpieza requiere algunas técnicas concretas, puesto que las manchas de estos revestimientos textiles son difíciles de eliminar.
Esta faena, igual que las del abrillantado y pulido de suelos, pueden ser llevadas a cabo con una periodicidad superior a, por ejemplo, la limpieza más superficial de los suelos (necesaria, por otro lado, por el trasiego habitual de personas en estas instalaciones).